viernes, 26 de octubre de 2012

El diablo también fideliza a sus clientes

Me disponía con entusiasmo a estrenar mi nuevo teléfono celular, cuando me enteré que por ser comprado en Inglaterra no tenía la posibilidad de configurar el idioma español; al día siguiente me dirigí al punto de venta de mi operador celular para solicitar asesoría al respecto. Busque a la representante de la marca del teléfono para que configurara el idioma español, pero ella me comentó que no era posible configurar el teléfono manualmente ya que se requería de un software especial. Bueno, dígame entonces donde está la oficina de soporte técnico de la empresa para hacer la solicitud; y ella me contestó: “señor, lamentablemente en soporte técnico de nuestra empresa no prestamos este servicio, el único lugar donde hacen este tipo de trabajos, es en el centro de la ciudad”. Válgame Dios…exclame!; ¿Esto quiere decir, que debo ir al centro de la ciudad, donde están las personas que instalan y desinstalan software y que además compran y venden equipos celulares de dudosa procedencia?, y la señorita me respondió que no había otra opción.

Después de pensarlo bastante y en vista que no quedaba otra posibilidad, me aventure a visitar este mundo del comercio no formal y como preguntando se llega a Roma, pude después de caminar algunas cuadras encontrar el famoso centro comercial donde hacen este tipo de acrobacias y malabares.

En ese lugar existen más de 200 pequeños locales comerciales donde venden literalmente de todo. Me acerque a uno de los puntos de venta y le pregunté a quien atendía, donde me podían cambiar el software de un teléfono celular (obviamente sin sacar el teléfono de mi bolsillo).

Me dijo el señor: “váyase derecho por este pasillo y luego da vuelta a la derecha, al final de ese pasillo a la derecha y cuando este en medio de esos locales pregunta por el diablo”.

¿Cómo?, que pregunte por quien?

Por el diablo.

Si señoras y señores, quien iba a reparar mi teléfono celular, era al mismísimo diablo.

Esta vez tuve el deseo ferviente de devolverme a mi casa, empacar el teléfono en una caja y enviarlo de vuelta a Inglaterra, sin embargo, recordar lo que vale un envío físico a otro continente me hizo reflexionar. 

Me arme de valor, hice dos o tres oraciones y me fui en busca del diablo.

Cuando llegué al local y pregunté por el diablo, escuche una voz que dijo…soy yo. La impresión que tuve a primera vista fue muy positiva, porque se trataba de un lugar perfectamente organizado, con sus respectivos registros de ley enmarcados y colgados en una de las paredes del establecimiento. Lo anterior, me generó tranquilidad, por lo que decidí sacar mi teléfono y entregárselo al diablo para que lo revisara.

Una vez el diablo chequea el celular me dice que debe instalarle el idioma español a través de un software y que este trabajo demoraría alrededor de una hora, que podía darme una vuelta y regresar. ¿Cómo así?, pensé para mis adentros, ¿voy a dejar mi costoso teléfono celular en las manos del diablo?. Muy a regañadientes acepte, pero debo confesar que me daba vuelticas cortas y volvía cada 5 minutos para ver en que iba el proceso. 20 minutos después ya estaba totalmente relajado al ver que muchas personas llegaban y entregaban sus equipos celulares al diablo.

Quiero contarles que el trabajo del diablo duró 55 minutos (5 minutos menos que lo prometido) y por el precio justo. Cuando hice el pago me quedé sorprendido al recibir una factura de venta, porque esto no es común en los locales del centro de la ciudad, donde solo te dan un recibo que no tiene ninguna validez legal. La factura tenía una nota que decía que contaba con un mes de garantía sobre el trabajo realizado.

Una vez contada la historia, me gustaría que nos detuviéramos a analizar como el diablo ejecuta una estrategia de gestión de clientes excepcional, que termina con la fidelización de sus clientes:

1.     El diablo atrae a sus clientes, porque cuenta con un efectivo esquema de publicidad y promoción que nace incluso en el mismo punto de venta y servicio de los operadores de telefonía celular, los cuales dicen que “El único lugar en la ciudad donde se presta el servicio de cambiar el idioma a los teléfonos celulares, es en el infierno (los centros comerciales del centro)”. Lo otro, es que desde que se llega al centro comercial, el diablo tiene montado un sistema de referenciación a través del voz a voz, absolutamente poderoso. Sin estar en la mejor ubicación del centro comercial, las personas de los diferentes locales de la entrada al centro comercial, te van a guiar hacia él.

2.     El diablo mantiene a sus clientes, a través de la seguridad que se siente cuando llegas a su local, donde la atención esmerada y la organización del sitio, así como la imagen de la persona que te atiende (no tiene para nada cara de diablo), te ayudan a confiar en su servicio.

3.     El diablo fideliza a sus clientes, porque cumple con su promesa de servicio (en el caso mío fue atender a mi solicitud en una hora y lo hizo en 55 minutos).

Ignoro si el diablo sabe a ciencia cierta lo que está haciendo, pero lo que logré experimentar es que está aplicando correctamente un direccionamiento de su negocio apalancado en tres frentes de mercadeo:




Por su particular apodo que conlleva a una recordación de marca impecable, por la confianza que genera al conocerle y por su esmerada atención y servicio, me atrevo a concluir que…”El diablo también fideliza a sus clientes”.

viernes, 11 de mayo de 2012

La interacción con el Cliente


Estoy escribiendo esta entrada a mi blog desde mi teléfono celular. Lo único que debo hacer es enviar un correo electrónico a go@blogger.com con lo que quiero publicar y listo.


Se acabaron las épocas donde escribíamos en una plantilla cuidando hasta el más mínimo detalle de la publicación.


Lo que me llama profundamente la atención, es como actualmente se integran como anillo al dedo los avances en tecnología informática con los cambios generacionales de los clientes.


El cliente hoy es más exigente, analítico, racional y relacional y si a lo anterior le sumamos que en sus manos tiene acceso rápido a su blog y a cantidad de redes sociales, déjeme decirle que las empresas están siendo sujetas a ser calificadas por sus clientes, minuto a minuto. 




Lo que sugiero a las empresas es que cuiden que cada interacción con su cliente sea impecable, con esto usted evitará la sorpresa de ver en entredicho la reputación de su marca, solo minutos después que su cliente salga de su oficina o punto de venta.

Es así como comienza un programa de fidelización, cuidando la relación.